Noticia Detallada - TSJ Regiones

Siguiendo la tradición judicial de dar gracias a Dios por cada año judicial que se apertura en el Estado Táchira, el día 21 de febrero de 2004 se llevó a cabo la misa de acción de gracias en la Iglesia de Santa Teresa de San Cristóbal.

El fervoroso acto contó con la asistencia de las autoridades judiciales y empleados tribunalicios, quienes pudieron oír el discurso de fe expresado en las palabras del Vicario Judicial, Presbítero Jorge L. Ramírez Moreno, entre las que destacaron:

¿Justicia y paz no son conceptos abstractos o ideales lejanos; son valores que constituyen un patrimonio común radicado en el corazón de cada persona. Todos estamos llamados a vivir en justicia y a trabajar por la paz. La paz para todos nace de la justicia de cada uno. Nadie puede desentenderse de una tarea de tanta importancia ya que involucra a cada hombre y a cada mujer, según sus propias competencias y responsabilidades¿.

Asimismo reforzó su plegaria expresando: ¿Que las actividades judiciales de este año 2005, que estamos inaugurando estén siempre enmarcadas en la caridad hacia el prójimo, al cual debemos servir en base a la justicia y con el fin de reestablecer el orden social a través de la paz, porque Dios nos está hablando en estos momentos: lo hace desde el clamor de todos los que viven en angustias y buscan esperanzas; nos habla desde el dolor de quienes han visto morir a sus seres queridos a causa de la violencia o el sicariato; nos hable desde la soledad de los encarcelados en espera de juicio, de secuestrados que no saben lo que va a pasar con ellos; nos habla desde la preocupación de aquellos que ven con dolor la verdad ofuscada, la justicia impedida y la paz limitada; nos habla desde la persona de tantos niños y jóvenes que buscan ejemplo en la persona de todos aquellos que ejercen altos cargos públicos. Oigamos, pues la voz de Dios que nos llama a buscar la verdad, a construir la paz, a administrar justicia y a considerar nuestro oficio de jueces no tanto como una profesión, sino como una diaconía, como un ministerio o un servicio que adquiere valor trascendente en la medida en que se multiplica¿.